Es un defecto refractivo en el cual la luz no se enfoca de manera adecuada en el ojo lo que causa que las imágenes cercanas se vean borrosas, mientras que las lejanas son levemente más nítidas.
Es un defecto visual muy frecuente y no suele ser progresivo; puede causar síntomas como problemas para enfocar objetos cercanos, dolor de cabeza sobre todo relacionado con la realización de actividades cercanas como lectura, uso de computadora, manualidades, entre otras.
En los adultos puede relacionarse con enfermedades como glaucoma o catarata por lo que es recomendable acudir a revisión al menos una vez al año.
La hipermetropía se trata con anteojos, lentes de contacto y en algunos pacientes con cirugía.
La detección y tratamiento temprano de esta alteración en niños puede evitar problemas de aprendizaje, de comportamiento, así como una anomalía grave llamada ambliopía (comúnmente llamado “ojo perezoso”) en la cual el cerebro no recibe la estimulación visual necesaria durante la niñez ya que la imagen que recibe no es clara, por lo que después no es capaz de ver bien en la edad adulta, incluso aunque se trate de corregir, ya que el cerebro nunca aprendió a ver.
Por esta razón es de suma importancia realizar la revisión visual de los niños al menos en el nacimiento, a los 3 años, antes de los 6 años y posterior de manera anual.
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